viernes, 8 de abril de 2016

SER CABEZA DE TURCO

Se denomina cabeza de turco a una persona o grupo de ellas a quienes se quiere hacer culpables de algo de lo que no son, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador.
De manera más específica, se emplea este apelativo para calificar a aquellos sobre quienes se aplica injustamente una acusación o condena para impedir que los auténticos responsables sean juzgados.
El origen de esta expresión está en el tiempo de las Cruzadas: en la Edad Media, comenzando en el año 1095 y durante casi 200 años, se desarrollaron una serie de conflictos armados principalmente contra los musulmanes, destinados a recuperar el control de los territorios ocupados conocidos como "Tierra Santa" (aquellos donde se desarrollaron acontecimientos bíblicos). Estos conflictos llamados "cruzadas" (por la cruz que los soldados se cosían en sus atuendos) tuvieron especial crudeza contra los turcos selyúcidas. Tal era aquella animadversión que se culpaba a los turcos de todos los males, no sólo de los derivados directamente de la guerra, sino también de catástrofes naturales, enfermedades o accidentes, haciéndoles decapitar (ya fuera mediante juicios rápidos o en los combates armados) y exhibiendo sus cabezas como trofeos en sitios públicos, en un mástil de barco o insertadas en una lanza o en murallas como escarmiento al resto. Para un cristiano cercenarle la cabeza a un turco era un logro encomiable.
Hoy en día esta expresión se emplea cuando se cargan las culpas sobre un inocente y se deja libre de castigo al culpable.

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