sábado, 16 de abril de 2016

CHARLES CHAPLIN (1889 - 1977)

Actor cómico del cine mudo, conocido por su interpretación de Charlot, también fue productor y guionista cinematográfico. Considerado un símbolo del humorismo y el cine mudo, era uno de los hombres más reconocidos de la cinematografía mundial. Obtuvo múltiples reconocimientos y nominaciones: recibió el premio Óscar Honorífico en 1928 y 1972, fue candidato al premio Nobel de la Paz en 1948, nombrado caballero comendador de la Orden del Imperio Británico en 1975 y se colocó una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1970. Sus películas más destacadas fueron La quimera del oro (1925), Luces de la ciudad (1931), Tiempos modernos (1936) y El gran dictador (1940).

viernes, 15 de abril de 2016

JEAN-PAUL SARTRE (1905-1980)

El filósofo, escritor, dramaturgo francés y exponente del existencialismo y del marxismo humanista rechazó el Premio Nobel de Literatura en 1964 alegando en una carta dirigida a la Academia Sueca que tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción pues los lazos entre el hombre y la cultura debían de desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones y que tenía la obligación de comportarse como un realista crítico por lo que, de aceptar el premio, le convertiría en un "funcionario del statu quo". 

jueves, 14 de abril de 2016

SIMONE DE BEAUVOIR (París, 1908-1986)

Mujer memorable y una de las figuras intelectuales francesas más importantes y comprometidas de mediados del siglo XX como novelista, filósofa existencialista y feminista.
Pensadora y novelista francesa, representante del movimiento existencialista ateo y figura importante en la reivindicación de los derechos de la mujer. Originaria de una familia burguesa, destacó desde temprana edad como una alumna brillante. Estudió en la Sorbona y en 1929 conoció a Jean-Paul Sartre, que se convirtió en su compañero durante el resto de su vida.
Se graduó en filosofía y hasta 1943 se dedicó a la docencia en los liceos de Marsella, Ruan y París. Su primera obra fue la novela La invitada (1943), a la que siguió La sangre de los otros (1944) y el ensayo Pyrrhus y Cineas (1944). Participó intensamente en los debates ideológicos de la época, atacó con dureza a la derecha francesa, y asumió el papel de intelectual comprometida. En sus textos literarios revisó los conceptos de "historia" y "personaje" e incorporó, desde la óptica existencialista, los temas de "libertad", "situación" y "compromiso".
Fue fundadora junto a Sartre, A. Camus, y M. Merleau-Ponty, entre otros, de la revista Tiempos Modernos, cuyo primer número salió a la calle el 15 de octubre de 1945 y se transformó en un referente político y cultural del pensamiento francés de mitad del siglo XX. Posteriormente publicó la novela Todos los hombres son mortales (1946), y los ensayos Para una moral de la ambigüedad (1947) y América al día (1948).
Su libro El segundo sexo (1949) significó un punto de partida teórico para distintos grupos feministas, y se convirtió en una obra clásica del pensamiento contemporáneo. En él elaboró una historia sobre la condición social de la mujer y analizó las distintas características de la opresión masculina. Afirmó que al ser excluida de los procesos de producción y confinada al hogar y a las funciones reproductivas, la mujer perdía todos los vínculos sociales y con ellos la posibilidad de ser libre. Analizó la situación de género desde la visión de la biología, el psicoanálisis y el marxismo; destruyó los mitos femeninos, e incitó a buscar una auténtica liberación. Sostuvo que la lucha para la emancipación de la mujer era distinta y paralela a la lucha de clases, y que el principal problema que debía afrontar el "sexo débil" no era ideológico sino económico.

miércoles, 13 de abril de 2016

UN DÍA COMO HOY EN...

1943 coincidiendo con el 200 aniversario de su nacimiento, en Washington DC (EE.UU.), se inaugura el Thomas Jefferson Memorial, uno de los monumentos a los presidentes de los Estados Unidos dedicado a Thomas Jefferson, uno de los Padres Fundadores de la nación y tercer presidente. (Hace 73 años).


1742 en Dublín (Irlanda), se estrena "El Mesías", una meditación sobre la vida de Cristo, del gran compositor inglés, de origen alemán, Georg Friedrich Händel. (Hace 274 años).




1534 en Londres (Inglaterra) el humanista y cardenal inglés Tomás Moro, autor del libro Utopía, se niega a firmar el acta que reconoce a Enrique VIII como jefe de la iglesia y a consentir su divorcio de Catalina de Aragón. Por ello será acusado de alta traición, encarcelado en la Torrre de Londres y decapitado un año más tarde. (Hace 482 años).






1695 fallece en París (Francia) Jean de La Fontaine, escritor francés que escribió las fábulas más famosas de los tiempos modernos. Su éxito literario reside en sus Cuentos y relatos en verso de 1644 y su tres colecciones de Fábulas, publicadas entre 1668 y 1694, que se distinguen por su agilidad e ingenio narrativo, así como por el amplio y sutil conocimiento que el autor tuvo de la vida y del alma humana. (Hace 321 años).

martes, 12 de abril de 2016

HORARIO DE FERIA

DURANTE LA FERIA DE ABRIL
LA BIBLIOTECA MODIFICA SU HORARIO


CUENTACUENTOS EN MONTETABOR


Animada sesión de cuentacuentos en Montetabor. Jesús Tirado Cuentacuentos llevó la magia, la ilusión y la sonrisa a mayores y dependientes de Gines.
Organizado por la AA-BPMG.
Patrocinado por la Diputación de Sevilla.
Con la colaboración del Ayuntamiento de Gines.


lunes, 11 de abril de 2016

ALFONSO X, EL SABIO, Y CARLOS II, EL HECHIZADO: LA MAGIA EN LA CORTE

Alfonso X y Carlos II prueban que entre la realeza española también hay ejemplos de monarcas interesados por la magia y la superstición.
Alfonso X, el Sabio, y Carlos II, el HechizadoSon historias poco extendidas, pero lo cierto es que en la biografía de algunos soberanos encontramos pinceladas de su gusto por la magia y su creencia en la superstición. Tal es el caso de Alfonso X el Sabio o de Carlos II el Hechizado. El primero fue uno de los personajes más importantes de la Edad Media y su reinado estuvo marcado por el esplendor de la cultura.
Alfonso descendía de una estirpe sagrada, según él, por parte de ambos progenitores, Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia. De pequeño acompañó a su padre en su particular cruzada contra los infieles musulmanes. En una de las expediciones bélicas creyó tener una visión celestial: fue testigo de la aparición del apóstol Santiago con una espada en la mano, encabezando una legión de blancos caballeros. Los problemas psicológicos de Alfonso no hicieron más que aumentar con la edad. Sufrió depresión, ansiedad, miedo y cambios repentinos de humor, que le llevaron a ordenar la muerte sin motivo aparente de diferentes personas, incluido su hermano don Fadrique. Algunos de sus hijos le llamaban “loco” y “leproso”, quizás por su repugnante aspecto físico: ojos fuera de órbita, úlceras en la nariz, tumor maxilar, pústulas en las piernas...
El sobrenombre de “el Sabio” se lo ganó por impulsar la cultura como nunca antes lo había hecho nadie. Se rodeó de los mejores juristas, traductores y eruditos de su tiempo y a su Corte acudían sabios de todas las nacionalidades y de las tres grandes religiones –judíos, cristianos y musulmanes–. A Alfonso X le apasionaba la magia, la alquimia, la astrología, la astronomía y las ciencias ocultas en general. Estaba convencido de la influencia de los astros en las personas y de que a través de ellos se podía leer el futuro.
Estudió las cualidades benéficas o perjudiciales de las piedras y los minerales y los influjos que ejercen sobre ellos los signos zodiacales. También el simbolismo de los números, en especial el 7, estuvo siempre presente en sus tratados. De hecho, algunos de ellos contenían esta cifra en su título –El Setenario o Las siete partidas–, que además solían estar divididos en siete partes.
Otro rey continuó con esta estela sobrenatural. Fue Carlos II que, debido a su delicada salud, poseyó una botica en la que tenían especial importancia los medicamentos mágicos. Por ejemplo, nunca faltaban las astas de unicornio, que supuestamente tenían propiedades terapéuticas. Se creía en la existencia de este animal y no faltaban farsantes que vendían el supuesto producto a cambio de desorbitadas sumas de dinero. Tampoco faltaban nunca en botica las pezuñas de la Gran Bestia: uñas de las patas traseras izquierdas de los alces, que servían para rascarse cuando tenían convulsiones. También se sabe que el monarca buscaba el elixir de la vida para mejorar su maltrecha salud.
Desde el mismo instante de su nacimiento, Carlos II había padecido todo tipo de enfermedades. A los tres años todavía no andaba y los huesos de su cráneo no se habían cerrado, y a los cuatro seguía mamando –tuvo hasta 14 amas–. Su aspecto era tan deplorable que su padre prohibió mostrar al niño en público. Ya siendo mayor, pactaron su boda con María Luisa de Orléans, sobrina del rey francés Luis XIV. Cuentan que de camino a España, María Luisa, que conocía el semblante de su futuro esposo por los retratos que le habían hecho llegar, intentó retrasar el avance de la comitiva para evitar el encuentro. Carlos no consiguió tener hijos ni con ella ni con su segunda esposa.
Quizás por todos estos infortunios creyó los rumores que decían que había sido hechizado. En 1698 puso el caso en manos del inquisidor general, fray Tomás de Rocabertí, y de su confesor real, fray Froilán Díaz. Ambos religiosos decidieron pasar a la acción, convencidos de la influencia del maligno sobre el monarca, algo que corroboró un exorcista asturiano. El estudio del gobernante concluyó que había sido hechizado doblemente cuando tenía 14 años: alguien había disuelto en chocolate los sesos de un hombre muerto para que el Rey enfermara, y los riñones para que no pudiera engendrar. Comenzaron entonces unas sesiones de exorcismo que duraron años, hasta que Carlos II se dio cuenta del timo. Más que nada porque seguía postrado gravemente enfermo en su lecho de muerte.

domingo, 10 de abril de 2016

EL REY DE LA BARAJA

A finales del siglo XVI, con la producción masiva de naipes, los impresores franceses eligieron a cuatro personajes emblemáticos de la Historia y agregaron sus nombres a las cartas de los reyes.
Alejandro Magno fue una de las caras seleccionadas para ilustrar la baraja. Considerado uno de los mejores militares de toda la Historia, fue elegido para aparecer en la carta del rey de tréboles.
Para el rey de espadas, el monarca escogido fue el judío David, pues se cree que fue el rey más justo que la humanidad pudo tener. De igual forma, tienen mucho que ver las espadas en la justicia y la devoción a Dios.
La carta del rey de corazones pertenece a Carlomagno, ya que se reconoce que fue uno de los soberanos con el corazón más noble; además de poseer una gran inteligencia, luchó por mantener a salvo su pueblo.
La representación del rey de diamantes corresponde al romano Julio César. Le fue otorgada esta carta debido a la codicia y avaricia que se le atribuyen a este gobernante del Imperio Romano.
La curiosa singularidad de las figuras de la baraja francesa es que tienen nombres propios, aunque no siempre han sido los mismos, ya que han ido variando según el gusto de la sociedad y los vaivenes de la Historia. Por ejemplo, durante la Revolución francesa, los reyes se convirtieron en ciudadanos, representados por personajes clásicos: Solón, Platón, Catón y Bruto.