lunes, 1 de febrero de 2016

LA COLECCIÓN PERDIDA DE PEDRO I DE RUSIA

EN UNO DE SUS VIAJES A OCCIDENTE, EL EMPERADOR RUSO PEDRO I SE ENCAPRICHÓ DE UNA INTERESANTE COLECCIÓN NATURALISTA.


Pedro I el GrandeEn torno a 1700, el zar Pedro I el Grande, durante uno de sus viajes a Europa occidental, visitó la escuela de medicina holandesa de Leiden y la casa del naturalista y embalsamador Frederick Ruysch. En la casa del doctor holandés, el monarca ruso exploró las distintas salas y, cuando descubrió la colección de especímenes de Ruysch –formada por unos mil trescientos fósiles, rocas,  plantas, embriones, fetos humanos y animales, en perfecto estado de conservación–, el Zar decidió comprársela y ordenó el traslado de la colección a Rusia a bordo de un barco. Por desgracia, cuando el buque arribó a San Petersburgo, la colección estaba prácticamente perdida: los marineros se habían bebido el brandy en que estaban preservadas muchas de las piezas de la colección del zar.

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