lunes, 9 de mayo de 2016

SER UN QUIJOTE

Al personaje de Don Quijote siempre se le han atribuido, con razón, las características de un ser soñador, iluso e idealista.

Don Quijote de la Mancha
A lo largo de la Historia ha habido multitud de caballeros andantes de los que Cervantes hizo un modelo satírico al que llamó don Quijote.
Tal es la fuerza de la personalidad que el escritor le otorgó al ilustre hidalgo, que éste se convirtió en un arquetipo humano con una vigencia histórica y literaria permanente.
Por ello, la expresión “ser un quijote” pasó a formar parte del acervo cultural de la lengua castellana.
Significa ser una persona idealista, que lleva al extremo el cumplimiento de valores propios de dichos caballeros como la cortesía, el coraje, la generosidad, la justicia, la perseverancia y, por supuesto, la caballerosidad con las damas.
También recogemos un adjetivo referente al ingenioso hidalgo: quijotesco, e incluso se utiliza quijotería refiriéndose a la conducta de aquél que está convencido de la existencia de cosas que, en realidad, son imaginarias o que se esfuerza por realizar cosas imposibles.

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