miércoles, 10 de septiembre de 2014

DEMÓCRITO, UN SABIO MUY GRACIOSO

La actitud ante la vida de los sabios-filósofos griegos fue muy distinta según de quien estemos hablando. Algunos como Sócrates nunca aceptaban dinero por enseñar, mientras que su discípulo Aristipo se enriqueció haciéndolo. Platón defendía que el alma del hombre perduraba más allá de la muerte, sin embargo para Epicuro no. Aristóteles sostenía que el sabio debía casarse para formar una familia, aunque Platón o el cínico Diógenes decían que las mujeres, así como los hijos que tenían, debían ser comunes. Los hedonistas creían que la felicidad se basaba en el placer, mientras que los cínicos despreciaban las comodidades. Los sofistas y Sócrates invitaban a intervenir en la política, al contrario que Epicuro que predicaba una vida retirada y anónima.
El sabio Demócrito de Abdera, por su actitud ante la vida, consideraba que la risa hacía más sabio a quien la practicaba y para ser consecuente con su pensamiento, siempre estaba riendo, hasta el punto que sus conciudadanos, preocupados por su salud mental debido a que se reía constantemente, hicieron llamar al médico más importante de su tiempo, Hipócrates, con el fin de que le examinara y le curase de sus delirios. Cuando lo tuvo delante, y tras examinarlo detenidamente, afirmó: Demócrito ni delira ni está loco, sino que es el hombre más sensato de nuestro tiempo.

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