El
origen de esta frase proverbial no está muy claro. Hay diferentes
hipótesis, tres en concreto, sobre su procedencia.
Algunos
expertos sostienen que procede de la Edad Moderna, de los siglos XVI
y XVII, cuando se
aplicaba la pena de muerte tras el tercer hurto.
En
segundo lugar, el maestro Gonzalo Correas, humanista en esa época,
sitúa su origen en “la
lucha (cuerpo a cuerpo) que va a 3 caídas, y de la sortija y justa,
que va a 3 carreras o lanzas el premio”.
Como
última hipótesis, el Padre Esteban de Terrenos, en su Diccionario,
relaciona su origen con las filas de la milicia romana. Los soldados
de primera fila eran los menos preparados y su capacitación iba
aumentando hasta que los
de tercera fila, los triarios, eran los más “valerosos y
veteranos”.
Hoy
en día esta frase se utiliza para dar ánimo a alguien o dárselo a
uno mismo a la hora de conseguir un objetivo deseado después de
varios intentos fallidos.
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